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Es otra gran oportunidad para estar en comunión juntos, en la preciosa Palabra de Dios. Queremos ir a Hechos 2:22-24. Confiamos en que Dios avive un pensamiento para tu corazón y pueda ser alentado en estos últimos y malos días porque el Señor Jesucristo viene pronto y hay pruebas y tribulaciones y opresiones para los cristianos, al parecer, en estos días. El mundo está lleno de sufrimiento, pero estas palabras son palabras de aliento, son palabras de consuelo porque vemos aquí, Amados, cómo Dios planea el dolor para la vida de Su pueblo y vemos cómo Dios planea el placer. Así que las escalas son bastante equilibradas y nuestro ejemplo es, por supuesto, nada menos que el precioso Señor Jesucristo. Vamos a leer juntos.
“Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a este, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella” (Hechos 2:22-24).
Aquí vemos un punto hermoso. De hecho, hay cuatro puntos maravillosos aquí. Uno es que Jesús fue aprobado por Dios. Si estuviéramos escribiendo la Biblia en nuestras mentes carnales, sin duda, diríamos que Jesús siendo aprobado por Dios estaba protegido de todo dolor y todo sufrimiento y toda muerte y que vivió feliz para siempre con su Padre Celestial. Así es como lo escribiríamos. Lo escribiríamos como una historia de Cenicienta. Pero Dios no lo escribió de esa manera, Amados, dijo que fue aprobado por Dios.
En otras palabras, la palabra aprobada en griego significa mostrar, significa exhibir, significa demostrar, acreditar, probar, establecer, darlo a ver. Así que solo podemos ver la imagen de que antes de que Jesús, el Amado Hijo, viniera a la Tierra, el Padre Celestial lo mostró en el Cielo. Lo aprobó y dejó que todo el mundo angelical viera que este era su Hijo Amado, su precioso Hijo.
Miren el siguiente punto, Amados. Era el Padre Celestial. Él fue entregado por el consejo y la providencia de Dios. En otras palabras, la misma persona que es aprobada por Dios también, en segundo lugar, será entregada por Dios para sufrir dolor y pruebas y tribulaciones y persecuciones y rechazos y todas las cosas que nuestro Señor y Salvador Jesucristo sufrió. Dios lo aprobó. En otras palabras, es un privilegio sufrir en la voluntad de Dios. Cuando somos aprobados por Dios, entonces nos cuenta dignos de sufrir con Él.
¿No fue eso lo que dijeron los primeros apóstoles y discípulos? Se regocijaron, Pablo y Silas se regocijaron a medianoche cuando habían sido capturados, golpeados y castigados y puestos en prisión. Se regocijaban de que se les hubiera contado dignos de sufrir por el Señor Jesucristo. Y de nuevo, cuando habían sido golpeados en otra ocasión. Una vez más, se regocijaron de haber sido contados dignos. Amados, esto significa que si Dios nos ha aprobado, entonces nos cuenta como dignos de sufrir por Él, dignos de demostrar al mundo, a la carne, al Diablo, que hemos sido aprobados por Dios.
Amados, Dios Padre entregó a su propio y precioso Hijo por su determinado consejo y providencia antes de que se creara el mundo, antes de que se sentaran los cimientos del mundo, Dios aprobó a su Hijo y Dios lo entregó por su determinación y consejo. ¡Eso es algo grande! ¡Eso es fantástico! Para mí, eso me da ánimo, eso me da fe, eso me muestra que no me está pasando nada extraño cuando se me cuenta digna de seguir los pasos del Señor Jesucristo.
Una de las mayores preguntas en nuestro tiempo presente entre los cristianos que oigo es ¿Por qué debo sufrir? Cuando estoy sirviendo a Dios y estoy haciendo la voluntad de Dios y estoy caminando por el mejor camino, lo mejor que puedo, entonces ¿Por qué debo sufrir? Amados, porque has sido aprobado por Dios para que Él haga lo mismo por ti que hizo por su propio Hijo Amado, Jesucristo, y porque hemos sido llamados a caminar siguiendo sus pasos, entonces debemos caminar por el mismo camino. Porque en y a través del sufrimiento, podemos demostrar, nuestro amor, nuestra fe en Jesucristo como nunca antes.
Amados, en tercer lugar, vemos aquí, que fue entregado por Dios. Dios sabía lo que iban a hacer los hombres malvados cuando envió a su hijo y Pedro dice esto. Dijo: “Lo tomaron por manos de inicuos y lo han crucificado”. Todo esto se hizo porque Dios lo aprobó y Dios lo entregó. Eso debería animarlos. Si has sido aprobado por Dios y has sido entregado al sufrimiento, entonces, Amados, traten de entender y conocer esta Verdad. Entonces puedes pasar por ese sufrimiento, puedes pasar por esa tentación con alegría y con alabanza y con victoria en tu alma.
Gracias a Dios, Él no nos entrega al dolor y al sufrimiento porque Dios es sádico y le gusta hacer sufrir a otras personas. Este no es el motivo en absoluto. El sufrimiento es solo una escalera, el sufrimiento era solo un trampolín hacia un nuevo reino de placer y gloria en el que el Hijo, Jesucristo, entraría y que no podía tener, excepto que caminara por el valle de la sombra de la muerte, la muerte misma y en el Infierno. De ninguna otra manera Jesús, el Hijo de Dios, podría haber conocido la Gloria de la Resurrección, excepto por este camino.
Amados, estoy muy contenta por el punto cuatro en el que dijo: “A quién Dios ha levantado”. Es tan maravilloso saber que Dios aprueba y entrega, ¿Y qué puede hacer el hombre? ¿Cuánto tiempo podría el hombre tener realmente control sobre Jesucristo? No mucho tiempo, solo tres días y solo tres noches podrían el diablo y la carne tener poder sobre Jesucristo. Y, entonces, Dios el Padre, lo levantó. Miren, cuando Dios está de nuestro lado, no se extrañen que Pablo dijera: “¿Quién puede estar en contra de nosotros?”
¡Amados, el sufrimiento es muy corto en comparación con la gloria! Ahora, mira, tuvo la Gloria con su Padre al principio, todo ese tiempo cuando fue aprobado por Dios y luego el Padre, durante tres días, lo entregó a manos de la carne y el Diablo, luego, al tercer día, Dios el Padre, levantó a Jesús con la Gloria de la Resurrección Eterna, Gloria Divina que durará para siempre. Debido a que nunca volverá a morir, nunca volverá a estar sujeto a esos tres días de sufrimiento y muerte.
Ahora, ¿No deberíamos tener ánimo hoy en día, por nuestro pequeño sufrimiento por el que estamos pasando? ¿No son más de tres días en comparación con la Gloria que Dios tiene que darnos de acuerdo con la Gloria que Él ha planeado para la Eternidad incluso hasta ahora? Así que ten valor en la radio, hoy. No se desanimen por sus sufrimientos y sus dolores. Recuerden que son tres días, podríamos decir, y luego viene la Gloria. Solo ten paciencia y espera.
Oremos.