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Estamos felices de estar de nuevo hoy con ustedes y tener comunión en la Palabra de Dios. Examinemos la razón por la que la gente se siente tan miserable y llena de tristeza hoy en día. He recibido muchas preguntas sobre este asunto. Vayamos a Deuteronomio 21:9. Donde encontramos estas palabras:
Y tú quitarás la culpa de sangre inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es recto en los ojos de Jehová. (Deuteronomio 21:9).
Dios ordenó a Israel que quitara la culpa de la sangre inocente. Las personas están tristes y adoloridas y llevan remordimiento por la culpa, por algo que han dicho o hecho que está mal, por lo que su propia conciencia los ha condenado.
Dios está diciendo aquí en Su Palabra; quita la culpa de la sangre inocente. Eso tiene dos explicaciones y una, por supuesto, era literal. Cuando la gente pecaba matando vidas inocentes, Dios preveía que ese tipo de pecado fuera limpiado. Puede que no llevemos una espada o un arma y salgamos a matar a alguien y cometer ese tipo de asesinato, pero Jesús nos enseñó sobre el asesinato del corazón, el asesinato de la lengua, en el Sermón del Monte. Su famoso Tabernáculo Espiritual, como yo lo llamo, porque está diseñado a la manera del Tabernáculo de Moisés.
Jesus habló de asesinato de corazón, asesinato de lengua, cuando maldecimos a nuestro hermano, El dijo, que lo consideraba una forma de asesinato de lengua (Mateo 5:21,22). Entonces, cuando nos sentimos miserables, ¿Hemos usado la lengua para matar a alguien? ¿Hemos pensado en malos pensamientos en nuestros corazones contra alguien? ¿Cuántas veces hemos tenido la experiencia de sentirnos miserables porque somos culpables por lo que hemos dicho con nuestras lenguas y por lo que hemos pensado en nuestros corazones? ¿Cuántas veces hemos descubierto que hemos acusado falsamente a alguien? Pensamos que seguramente eran culpables de esto o aquello, y luego descubrimos que eso no era cierto. ¿O cuántas veces hemos tenido a alguien visitando nuestra casa y, momentáneamente, no encontraste cierto objeto en la casa? Y de inmediato, pensaste dentro de ti mismo y tu lengua habló y dijo, “Oh, creo que esa persona debe haber tomado eso.”
Tuve una experiencia como esa recientemente cuando alguien había visitado nuestra casa y un miembro de nuestra familia había perdido su cuchillo y dijeron, “Estoy seguro de que esa persona se llevó el cuchillo.” Le dije, “Oh, no, estoy segura de que encontrarás el cuchillo. No se lo han llevado, está aquí en algún lugar.” Entonces, de la forma más milagrosa, Dios mostró el cuchillo más tarde. No se lo habían llevado. Pero no tenemos que señalar a ese miembro de la familia. Podemos señalarnos a nosotros mismos porque muchas veces saltamos a conclusiones precipitadas. Luego, después de tomar conclusiones precipitadas, lo tratamos como algo ligero. No lo tratamos como algo que deba ser llevado al Señor en arrepentimiento. Y no nos damos cuenta de eso, así que de nuestros sentimientos deprimidos, nuestros sentimientos de culpa vienen con cosas que decimos con nuestras lenguas y algo que pensamos en nuestro corazón contra los demás.
Amados, tenemos que tener mucho cuidado cómo hablamos y lo que decimos ¿verdad?
Vayamos al Éxodo, capítulo 20, aquí vemos algunas otras razones para los sentimientos de culpa. Encuentro que mi Biblia es como un gran espejo, lleno de todo tipo de luz reflectante y que, mientras vivo en ese espejo, Dios puede dejar en claro para mí muchas cosas de las que necesito arrepentirme, incluso como cristiana, cosas que no son como Jesucristo. Cuando Dios dijo que todos hemos pecado y que no alcanzamos la gloria de Dios, no estaba bromeando. Hablaba totalmente en serio. Y encontramos estas palabras en Éxodo, 20:7, uno de los Diez Mandamientos, ¿Qué dice?:
No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano (Éxodo 20:7)
Con cuánto descuido la gente usa el Nombre del Señor. Le explicaba a nuestra iglesia la otra noche que cuando vamos a orar y le pedimos a Dios en el nombre de Jesucristo que haga esto por nosotros o que haga aquello por nosotros y luego nos levantamos más tarde y comenzamos a dudar de que Dios haya escuchado esa oración entonces has tomado el Nombre de Jesucristo en vano. Amados, Su Nombre es poderoso, y Él dijo claramente en Su Palabra que si pedimos algo en Su Nombre en fe creyendo según Su Voluntad Divina, Él haría eso.
Así que estamos tratando de explicar y tratar de llegar al fondo de por qué nos sentimos adoloridos, por qué nos sentimos tristes. ¿Por qué nos sentimos deprimidos? Aprenderás a medida que camines con Jesucristo, a examinar tu vida de pensamientos; lo que dices, tus palabras, tus acciones, tus sentimientos y discernir y separar lo que está mal. Y dónde hay una culpa y te arrepientes de eso y le pides a Dios que te perdone, entonces, tienes un sentimiento más limpio, claro, pacífico y hermoso.
Recuerden los que estén sintonizados en la Radio, lo hermoso que sentiste la vez que aceptaste a Jesucristo en tu corazón. Cuando te arrepentiste, te sentiste totalmente limpio. No había ningún sentimiento miserable. No había culpa. No hubo depresión. No había más que alegría y paz y todo el mundo se veía hermoso. Todo el mundo se veía maravilloso. Ahora, ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no nos sentimos así todo el tiempo? Excepto que incurrimos en culpa y Dios no nos ha librado de esa culpa. No estamos hablando de tu salvación. Cuando aceptaste a Jesucristo, se convirtió en tu Salvador. Fuiste salvo. Pero aún como cristianos, necesitamos arrepentirnos de nuestros pensamientos y nuestras actitudes y disposiciones y de nuestras cosas que no son como Jesucristo.
Amados, la culpa es madre de mil miedos y pensamientos problemáticos. Cuando empieces a tener temor, mira hacia atrás a ver por qué te sientes culpable. Solo tenemos miedo cuando nos sentimos culpables por algo. Cuando el alma esté vacía de la culpa, entonces no habrá ningún miedo en nuestros corazones. Entonces podamos juzgar. Amados, por la presencia de nuestros miedos sabemos que tiene que haber culpa allí; porque la culpa es la malvada madre de los miedos. No lo olvides.
Cuando tengas miedo, busca entonces, por qué estás sufriendo esa culpa. Qué es lo que has hecho mal, lo que has pensado mal, lo que has hablado mal. Entonces, serás liberado de tus miedos. Es maravilloso dejar que Jesucristo te libere. Y Él puede liberarte mientras confiesas y le pidas como tu Sumo Sacerdote Divino que aplique Su Sangre Divina omnipresente que puede eliminar tu culpa hoy.
Oremos.